Escribes una película, un spot, un documental, un cortometraje, un corporativo. Lo ruedas en jornadas interminables para estirar el presupuesto. Tengas o no muchos medios. Y después, también en jornadas interminables, entras en la sala de montaje. Imágenes y más imágenes. Ya en el estudio de sonido los efectos, voces, diálogos y música van componiendo la banda sonora de tu película. La película va tomando forma. Y al final esa película que veías en tu cabeza, se plasma en la pantalla. ¡Milagro! ¿Cómo puede ser que algo que sólo podías ver tú, lo pueda ver ahora todo el mundo? Y una vez terminados algunos de esos trabajos, y todo el esfuerzo que llevan, se ven recompensados con premios. Y te sientes a gusto, con la sensación de haber hecho bien tu trabajo: sereno, tranquilo, contento.
¿Y después? ¿Qué hay después de los premios?
La certeza de que no todo van a ser premios. De que seguirán habiendo momentos difíciles, esfuerzo, jornadas largas, adversidades. Pero a la vez, notas esas ganas, ese empuje, esa fuerza para seguir adelante. Para DISFRUTAR trabajando. Y ahí, cuando sientes esas ganas de seguir, es cuando te das cuenta de la suerte que tienes al poder renovar y mantener esa energía, esa fuerza. La suerte que tienes de mantener, a través del tiempo, la pasión.
Y cuando además te das cuentas que unas veces la vida, las relaciones, las personas o el trabajo suben, bajan, vuelven, vienen o van… pero quieres seguir en las buenas y en las malas, en los logros y en las adversidades, es cuando te das cuenta que aceptas todo lo que conlleva tu trabajo, tu profesión, tu oficio. Que lo quieres. Que lo puedes amar.
Pero también te das cuenta que lo que te ha traído hasta aquí, lo que te ha hecho valioso, fuerte, un profesional de verdad, no han sido los premios. No. Han sido los esfuerzos, las soledades, las dificultades (que ojalá no existieran), los que te han traído hasta aquí.
Como dice el trailer de «El señor de los Anillos, El Retorno del Rey», «esta es tu prueba. Cada sendero que has recorrido a través de bosques y guerra, te ha conducido a este momento». Y después como le dice Elrond a Aragorn, mientras le entrega la espada de rey, «sé aquello para lo que has nacido».
Aunque a veces nos envuelva la duda, nos venza el cansancio o nos acorrale la desesperación.
Por eso me pregunto ¿qué hay detrás de los premios? Yo detrás sólo veo trabajo y pasión.